Si somos capaces de comprender algo es por analogía. Llegamos a entender una cosa cuando la ponemos en el lugar de otra. Por ejemplo sabemos lo que es el sol porque conocemos el fuego y porque tenemos un corazón. Eso es lo que hace la imaginación: vincular todas las cosas del mundo y de todos los planos del mundo. Vincular las cosas entre sí. ¿Vincularse una con ellas?
Sabemos qué es una rosa porque, a pesar de la oscuridad en nuestra caja torácica, en nosotros se abre algo. Pero para entender el amor necesitamos algo más, un color entero.