Otilia en una ocasión le lavó y planchó una camisa para mostrar que podía ser una para él. No temía el caos, su suavidad era más fuerte.
César nos lo cuenta con palabras desconocidas. Nunca tendremos la certeza de cuáles fueron erratas y cuáles genialidades, nunca llegaremos a conocer las acepciones que acarrean, imposible entenderlas por si solas. Juntas, sin embargo, así dispuestas, ahí en el verso, de su unión emana el sentido global del poema. Eso es la poesía de Vallejo: la demostración de que el todo siempre es algo más — mucho más — que las partes que lo componen.
El conjunto de estas palabras es una prueba de amor a una prueba de amor. Es el gesto que pudiendo caer en el olvido, la ternura lo coloca donde pertenece, en la inmortalidad. Como la necesidad de palabras nuevas para contar la propia experiencia, la importancia de las cosas reside en la atención que les dedicamos.